El valor de la imagen corporativa es incalculable. La imagen que transmitamos es clave a la hora de transmitir nuestra filosofía y de generar una opinión favorable que nos ayuda a conseguir clientes o a fidelizar los que ya tenemos.
Cuando hablamos del entorno digital este valor se incrementa ya que nuestra imagen corporativa suple las fronteras de espacio y testing a la vez que potencia nuestras virtudes. En este sentido hay mucho trabajo por hacer, pero sin duda hay que empezar siempre por lo principal: el diseño de una buena página web y un logotipo acorde a la marca.